domingo, 29 de octubre de 2017

La virtud de crear nuevas tecnologías y el vicio de no poder separarnos de ellas.


En las últimas dos décadas los seres humanos hemos vivido una  de las grandes revoluciones tecnológicas que habrá en nuestra historia , la llegada de los ordenadores más potentes y portátiles ,  tabletas, videoconsolas y sobre todo, los smartphones.

Hemos visto como las mentes más creativas han llevado una serie de invenciones que nos dejan tener cualquier información al segundo, comunicaciones a cualquier distancia  y que nos dan un gran entretenimiento sin necesidad de movernos de casa.

Sin embargo, estas invenciones han creado que el ser humano tenga una dependencia absoluta ante ellas y que se haya convertido en un vicio, lo que ha llevado al ser humano a ser muchísimo más individualista, y que se pierdan las costumbres tradicionales , porque, para que salir a la calle a dar una vuelta con los amigos , si puedo hablar con ellos desde casa , o para que ir hablando con alguien cuando voy a cualquier sitio , si puedo ir escuchando mi música con los auriculares.

Tanta es la obsesión por éstos  que se da la situación de que  dos personas estén juntas y que en vez de conversar una con la otra estén simplemente mirando el móvil sin cruzar palabra. Estamos perdiendo cada vez más la comunicación entre personas y cada vez nos encerramos más en nosotros mismos.

Es bastante paradójico, el mayor avance tecnológico hasta la fecha llevado a cabo por las mentes más creativas y que nos ofrece muchísimas cosas que ver y hacer es uno de los mayores vicios públicos de la humanidad  actual , por eso me cuestiono , ¿Sale rentable tenerlos en nuestras vidas?


En mi opinión, creo que las nuevas tecnologías nos permiten avanzar, estar más informados de las noticias y un gran entretenimiento, pero creo que debemos estar mentalizados de que, como en la mayoría de casos en la vida , el uso abusivo de ello es malo, y que simplemente tenemos que controlarnos, y sólo este cambio de mentalidad puede cambiar esta situación.

Vicios y virtudes públicos


Un vicio publico sería el juzgar a las personas por sus estudios realizados... Hoy en día a cualquier persona a tu alrededor que le preguntes te dirá que si no tienes un carrera universitaria llegarás a ser poco. Desde el principio la sociedad está dividida, todo se compara con quién ha estudiado más o quién tiene más experiencia. Pero realmente antes de juzgar a alguien, hazte esta pregunta: ¿Realmente esa persona ha elegido dejar los estudios?
Esta entrada al blog sólo está hecha con la intención de replantear las cosas en ningún momento se quiere ofender.
Hay personas que dicen que si realmente quieres algo puedes conseguirlo, pero está el caso de que un cojo nunca podrá hacer salto trampolín en los JJOO o que un ciego corra una marathon por sí solo. Pero luego están los impedimentos que no se ven o aquéllos que las personas no quieren dejar ver por miedo o vergüenza.
Tal vez los cojos o los ciegos encuentren la manera de estudiar y de encontrar un trabajo, que a los minusválidos se les de subvenciones para que puedan seguir viviendo y puedan llegar a ser algo o alguien. Aquéllos por los que la gente siente empatía directa no se les juzga.
Hay también personas que no estudian porque no quieren. Pero hay otras que quieren y no pueden, y no porque no lo hayan intentado, sino porque existen enfermedades que no son físicas ni tampoco son reconocidas minusvalías como para sustentarte, existen enfermedades que te impiden llegar a realizar los estudios que tú querías, te impiden llegar a ser alguien en la vida. Y por ello se te condena de fracasado o de inútil porque lo que se piensa es que realmente esa persona no quiso estudiar. ¿Por qué se juzga sin saber? ¿Por qué ese pequeño porcentaje que EXISTE se debe de sentir apartado? ¿Menospreciado? No encajas en ese porcentaje que es reconocido como minusválido. No encajas como ese porcentaje que no quiso estudiar pero tampoco encajas en ése en el que te llegas a sacar los estudios que deseas. No encajas simplemente en la SOCIEDAD. Y sólo porque somos un pequeño porcentaje que existe, es pequeño pero existe. No juzguen sin saber y den una oportunidad a aquellos que somos discriminados porque no pudimos hacer lo que queríamos. No tenemos culpa de que nos haya tocado a nosotros. No hagáis que sea el doble de pesado cargar con el peso que nos ha caído. Nadie tiene culpa pero menos aún nosotros, nunca elegimos lo que queremos que pase y menos aún en nosotros mismos. Dad rienda suelta a vuestro altruismo porque con amabilidad y respeto podemos conseguir que muchos nos sintamos más aceptados, podemos borrar ese vicio, esa predisposición de las personas a juzgar sin saber y sólo consiguen hundir emocional y sentimentalmente a la persona discriminada. Dadle una oportunidad, dejad que muestre quién es realmente. Os puede llegar a sorprender.

jueves, 26 de octubre de 2017

Virtudes y vicios públicos.

La solidaridad como virtud humana.

Todos sabemos y reconocemos que la humanidad tiene muchos vicios y defectos que nos caracterizan como raza y que nos hacen (en algunos extremos) incluso desear la extinción de nuestra propia estirpe como tal, quién no ha dicho alguna vez u oído alguna vez "No deberíamos haber existido" o frases del mismo estilo. En la mayoría de casos solemos ver la parte negativa de nuestra especie.

Sin embargo, en los últimos días gracias a las catástrofes naturales ocurridas he podido observar un comportamiento que yo catalogo como una virtud que nos caracteriza como raza también. Es el caso de la solidaridad, a pesar de los múltiples defectos que tenemos como especie solemos tender a la unidad y a la ayuda al prójimo o al de al lado cuando ha ocurrido algo grave que hace peligrar nuestra seguridad. Uno de los casos donde pude ver estos rasgos de solidaridad fue en el gran incendio que arrasaba Portugal hace relativamente poco tiempo, fuimos testigos de como el cuerpo de bomberos de España decidió trasladarse hacia aquel país y ayudar en todo lo posible en la extinción del fuego, que al final gracias a la ayuda exterior se pudo sofocar mucho más rápido de lo esperado.

Algo similar ha pasado hace unos días en los múltiples incendios que arrasaron mas de 35.000 hectáreas en Galicia, donde personas anónimas que no tenían nada que ver con el fuego ni se encontraban cerca de aquel infierno fueron con intención de acabar con el fuego y en ayuda de las personas que si estaban afectadas por las llamas. Además, montones de personas que por cualquier circunstancia no podían ir allí y ayudar mostraron su solidaridad por redes sociales, transmitiendo su apoyo a las personas afectadas por el incendio. Todos estaban aportando su granito de arena por una causa.   

Esta solidaridad de la que hablo por desgracia solo he podido verla en su mayor esencia  cuando ocurren grandes catástrofes que nos hacen darnos cuenta de que hay personas con problemas muy graves, que necesitan ayuda y que se encuentran al alcance de nuestra mano. Otro ejemplo de este tipo de solidaridad fue cuando hubo un atentado terrorista en Barcelona, una gran multitud de personas de todo el mundo (anónimas, públicas etc...) mostraron su unión contra lo que llamaban una amenaza común que hacía peligrar nuestra seguridad. Se pudieron observar actos solidarios en todo el mundo (Francia, Estados Unidos, Inglaterra...) que mostraban esa solidaridad con las personas afectadas por ese acto de barbarie. 

Podría mostrar muchos mas ejemplos de casos en los que la humanidad se ha unido por una causa, pero a lo que quiero llegar mostrando este rasgo, que en mi opinión es una virtud que nos hace crecer como especie, es que no todo lo que caracteriza al ser humano son defectos y vicios. También hay aspectos positivos que mostramos cuando estamos en situaciones comprometidas. Es cierto que aún tenemos que mejorar muchas cosas de nuestra sociedad, incluyendo nuestras virtudes por supuesto, pero me parece muy correcto que en situaciones que amenacen nuestra seguridad como especie mostremos ese rasgo de unidad y solidaridad para ayudar al que lo necesite.  

miércoles, 25 de octubre de 2017

Individualismo ambicioso y el vicio del egoísmo

El egoísmo es, sin duda, una característica que viene por defecto en los seres humanos. Desde tiempos inmemoriales, siempre ha existido el rico y el pobre, el déspota y el oprimido. Aunque se promulgue que los seres humanos estamos en un constante proceso de evolución, lo cual supuestamente conlleva a una mejora de la sociedad en todos los sentidos, vivimos, y viviremos, en una sociedad podrida en la que el individuo mirará primero por su supervivencia y luego, si es que gana algún tipo de beneficio, ya sea económico, social o personal, se preocupará por las necesidades y demandas del prójimo.

A pesar de ese egoísmo innato que tenemos los seres humanos, sigue habiendo gente que, “desinteresadamente”, y ahora explicaré el porqué de mi aclaración, aporta su granito de arena para el que más lo necesita, para que el mundo vaya a mejor. Eso es, al fin y al cabo, fantástico, pero ¿y si estamos intentando solucionar el problema al revés? Me refiero, ¿y si en vez de intentar mejorar la situación del débil, no cortamos de raíz su origen, es decir, el exceso de egoísmo y poder de algunos?

Si hiciéramos eso, aunque puramente movidos por el interés, no solo acabaríamos con el problema del menos suertudo si no también con la enorme dicha del abusón, o sea, estabilizaríamos el mundo por mucho tiempo. Aunque sea una meta a gran escala mucho más difícil de alcanzar que simplemente hacer “un remiendo social”, merecería la pena intentarlo ya que nos beneficiaría absolutamente a todos exceptuando a la alta clase, que bajaría de su estado de poder.


Para terminar la idea que expongo sobre el egoísmo, pensemos en el hipotético caso en el cual este plan para acabar con el “individualismo ambicioso”, se llevara a cabo. No podríamos decir que lo hemos hecho por amor al arte o por ayudar a los demás, pues también le sacaríamos provecho, pero pensemos ¿y si alguien de posición media ayuda, aunque no obtenga nada a cambio? ¿y si, por ejemplo, un típico empresario ricachón colabora en algún tipo de ONG o movimiento social de manera “desinteresada”? Esto podría destrozar mi teoría de que el humano solo ayuda en caso de beneficiarse, pero no es así, pues, en caso de este último, todo lo que pierda lo ganará en prestigio social, lo cual mejorará tanto su imagen como la de su empresa y en el caso de la persona normal que ayuda, por ejemplo, a un pedigüeño sin hogar sin que nadie lo sepa, aunque no gané dinero ni respeto por parte de los de su entorno, sí que gana en cuanto al ámbito personal, ya que puede usarlo para compensar otros actos no tan buenos realizados (perdonar una acción mala con una humilde) o, simplemente, sentirse mejor persona por hacer algo que no le han mandado y aun así, hace para “ayudar” o, más bien, ayudarse.

jueves, 19 de octubre de 2017

Virtudes y vicios públicos

                  Virtudes y vicios públicos

A lo que llamamos ´´virtud`` o ´´vicio`` no es más que una insinuación de la forma de ser de una persona cuyos conocimientos pueden estar ocluidos y por lo tanto crea contraposiciones en la mentalidad de la persona. Yo creo que a la hora de obrar sobre un acontecimiento cuya finalidad no sea concreta encontraremos muchas formas de resolverlas por parte de personas diferentes, es decir la persona que posea interés en la situación recurrirá a la virtud y actuará de la mejor forma posible frente a situaciones inhóspitas, mientras la persona que posea vicios se mostrará como lo que es... falsa.
En contadas ocasiones nos preguntamos,¿por qué actúa la persona así? ¿Por temor? ¿Por tener conocimiento frente a otros?, si nos paramos a pensar nos tiene que sonar de algo... esencia y apariencia. Cuando conocemos a una persona y vemos su apariencia, personalidad o costumbres pensamos que lo sabemos todo tan solo con verla pero no tiene porque ser así. Las personas pueden tener innumerables apariencias pero solo una esencia propia, es decir su verdadero ser. No tendríamos que tener en cuenta la primera impresión de una persona cuya apariencia nos parezca su verdadero ser, ya que esa persona puede miedo o pavor de mostrar su yo.
En mi opinión deberíamos ser nosotros mismos, debido a que si ponemos en contexto a una persona que es admirador de alguien y quiere ser como él, se influenciará de la peor manera posible ya que te estás suplantando a ti mismo la identidad y no serás más que un trozo de lo que fuiste.